La Educación ha de tener Fundamentos

Y no ocultos, sino manifiestos. Ha de responder a la premisa de mostrar el mundo que nos rodea, no de manera informativa, sino emocional.

Y ha de enseñar o hasta inculcar respecto a la manera en que debemos comportarnos frente a él; en los roles que habremos de asumir, en los modelos mentales que habremos de adoptar, en qué hacer con nuestras emociones y competencias.

Debemos asumirnos como protagonistas de nuestro destino.  

Esto es, comportarnos en forma proactiva y creativa, asumiendo la plenitud de nuestras responsabilidades.

Sólo es víctima quien elige ser víctima.